Han pasado dos años desde la última vez que escribí algo en este blog. Durante este tiempo han cambiado muchas cosas en mi vida (supongo que en la de todos ya que entre medias pasó una pandemia mundial). No pondré excusas ni diré que no tuve tiempo ya que el último año que estuve aquí tampoco es que fuera precisamente muy constante. Sinceramente, durante estos años las lecturas no han sido una parte tan presente en mi vida como lo fue en mi adolescencia. Creo que la vida son etapas y esta última en mi vida ha sido de aprender y crecer en otras áreas de mi vida.
Estos últimos meses, sin embargo, estoy volviendo a reconectar con partes de mi que había olvidado. Con mis ahora 25 años sigo intentando encontrar mi lugar, creándome y reconstruyéndome constantemente. Y dentro de este proceso, la lectura ha sido un pilar muy fundamental sobre el que me he construido y que fue bálsamo en un momento de mi vida que realmente lo necesité.
Es por eso y también por el recuerdo tan bonito que tengo de esos años en los que estuve más constante por aquí, que he decidido retomar el blog y volver a compartir mis opiniones sobre las historias que voy descubriendo. No prometo nada, creo que simplemente me dejaré fluir, pero intentando tener disciplina para no abandonarlo.
Son en fechas tan señaladas como éstas cuando siempre he emprendido mis proyectos más creativos. Es por eso que no podía esperarme al año que viene para publicar y felicitar que este blog cumple ya 7 años. Se dice pronto, pero muchas cosas han cambiado desde esas navidades en la que una chica de 18 años que había empezado la universidad decidió compartir su pasión por la lectura.
No sé qué pasará en el futuro del blog, pero tengo claro que si este proyecto tiene que finalizar, por los años tan bonitos que me dió, se merece un final mejor que dejarlo olvidarlo y abandonado.
Y aprovecho también para desearos unas felices fiestas y que en el 2023 consigáis todo lo que os propongáis.
Nos vemos en una semana para hacer el resumen de lecturas del año.
